Queda claro que la estructura del cerebro no es constante y que en función de las condiciones ambientales sufre modificaciones. Sin embargo, ¿es cierto que el saber ocupa lugar? De ser así ¿cuánto? Además, puesto que buscamos un aprendizaje profundo, a pesar de que nuestros alumnos olvidan incluso ¡la clase anterior! ¿qué metodologías favorecen el recuerdo a largo plazo?Pues sí, el saber ocupa lugar. De hecho, el cerebro tiene una capacidad muy limitada para almacenar información en el corto plazo ya que el hipocampo rápidamente se satura, aunque dependiendo de la complejidad del aprendizaje y del nivel cognitivo del alumno. Eric Jensen, en este sentido, indica claramente que los profesores deben enseñar en pequeños paquetes para que puedan ser procesados y que el cerebro descanse posteriormente. Así, sentencia que bajo ninguna circunstancia se deben sobrepasar los 15 minutos de trabajo de contenidos.
Es necesario analizar despacio este valor aconsejado por Jensen ya que no se puede generalizar a todas las circunstancias ni a todos los profesores: el ritmo de trabajo y el tipo de contenido marcarán mucho los tiempos. Además, los profesores contamos siempre con esa dedicación extra y necesaria para que los estudiantes en casa puedan comprender y relacionar mejor lo que quizá no ha quedado claro en el aula. En cualquier caso me parece importante tener en cuenta esta idea y limitar el tiempo de de contenidos puro y duro a un máximo de la mitad de la clase, que en secundaria supone 25 minutos.
En relación a este tema y tratando de hacer alguna propuesta complementaria “con el cerebro en la mente”, nunca se le dará la importancia que merece a repasar, repasar y repasar siempre a medio camino entre el principio y la prueba a realizar. Está demostrado que el cerebro cada vez que repasa o recuerda lo aprendido se reorganiza, mejorando su memorización y favoreciendo el aprendizaje a largo plazo.
¿Soy yo el único que siente que mis alumnos viven en el día de la marmota y parece que siempre es necesario explicarles lo mismo una y otra vez? ¿Será que pretendemos que recuerden aquello que les hemos explicado después de 20 minutos de contenidos y que, en esta visión, supondría que el hipocampo está ya más que saturado? Y sobre aquellos conceptos que creemos tan importantes ¿cuántas veces los hemos repasado antes del examen? Haz la prueba y coméntame tus resultados: ¡estoy seguro que mal no les hará a tus alumnos!
¡Efectivamente!. Y ante esta realidad, deberíamos replantearnos el diseño de nuestras clases. No es suficiente con "dar lo que toca hoy", sino que la sesión debe estructurarse de manera que el alumno salga habiendo aprendido algo. Para ello, creo que en toda sesión de clase:
ResponderEliminar- Hay que empezar haciendo una breve referencia a lo visto en la clase anterior, o si empezamos tema nuevo, realizando una breve actividad de "building background" que permita al alumno relacionar el nuevo tema con sus conocimientos o experiencias previas.
- A continuación, deberíamos escribir en la pizarra el objetivo (1 o a lo sumo 2 objetivos) de nuestra clase de hoy. Solo de hoy.
- Los siguientes minutos los dedicamos a impartir los nuevos conocimientos, para lo que puede ser util apoyarnos en elementos audio-visuales.
- Es importante dejar unos minutos para el trabajo activo de los alumnos sobre ese tema. Plantearemos alguna actividad, debate, "think-pair-share"... No tiene que ocupar mucho tiempo, y es importante para que los alumnos piensen y elaboren los contenidos que les hemos expuesto.
- Terminaremos la sesión de clase recordando el objetivo que nos habíamos marcado al inicio, y comprobando que lo hemos alcanzado. Si diese tiempo, podríamos realizar una pequeña evaluación de lo aprendido, pidiendo a los alumnos que escriban dos cosas nuevas que hayan aprendido en esa clase o formulando algunas preguntas de "verdadero o falso" que contestarán a mano alzada.
Si fuese posible desarrollar una clase así, ¿creéis que los alumnos sabrían contestar a "qué distéis ayer en ciencias"?.